Escrito por Borja Quicios
Las deficiencias o falta de estimulación en el primer año de vida del bebé pueden tener consecuencias en el desarrollo óptimo de sus habilidades motoras, cognitivas, lingüísticas y sociales.
Teóricamente la estimulación temprana es importante ya que aprovecha la capacidad y plasticidad del cerebro en su beneficio para el desarrollo óptimo de las distintas áreas. Todo esto se logra proporcionando una serie de estímulos repetitivos (mediante actividades lúdicas), de manera que se potencien aquellas funciones cerebrales que a la larga resultan beneficiosas para el desarrollo del niño
Estimular al bebé o niño mediante ciertos ejercicios a nivel motor y cognitivo para supuestamente lograr “fortalecer su cuerpo y desarrollar las emociones y la inteligencia”.
Pero, luego en la práctica no se ha podido demostrar de una manera concluyente la eficacia de estos métodos en niños sanos.
De hecho, no podemos acordar de la demanda a la que tuvo que hacer frente Disney por prácticas engañosas por los dvd´s de Baby Einstein que prometían unos supuestos beneficios para el desarrollo de los niños
La estimulación temprana se basa en técnicas de rehabilitación pensadas para niños con algún problema. Hay gente que piensa que si el niño está sano no puede hacerle ningún mal pero sí que puede:
- Se somete al niño a un estrés innecesario
- Se aleja al niño de otro tipo de actividades que le proporcionan más beneficios como el juego libre con sus amigos
La sobre estimulación
Vivimos en una sociedad cada vez más competitiva donde la educación y el desarrollo de los niños se ha mercantilizado hasta el punto de vender a los padres que sus hijos pueden llegar a ser auténticos genios si siguen sus métodos basados en estimulación temprana: aplicaciones educativas como kinedu, babysparks entre otras, baby Stein, Baby Mozart
Todos estas actividades educativas: aplicaciones, talleres, dvd´s se basan en una visión del niño que se caracteriza por mostrar a los pequeños como pasivos, frágiles y necesitados de todos los estímulos que nos venden para poder desarrollarse de forma correcta.
La competitividad ha creado la necesidad, y muchas veces la ansiedad de los padres por que sus hijos se conviertan en adultos con una alta formación académica, está provocando que el exceso de actividades sustituya su tiempo libre y en familia. Los padres vuelcan tanto esfuerzo en la educación de sus hijos que llegan a convertirla en hiper-educación, sobre-estimulando a los niños y consiguiendo el efecto contrario: alejarles del éxito, el aprendizaje real y la felicidad.
Los padres exponen a sus hijos a una cantidad de estímulos excesivos, y demasiados complejos para que su cerebro esté preparado para procesarlos. No se respeta el ritmo de aprendizaje del pequeño y genera bloqueo y saturación
A su vez esto hace que los padres entiendan que sus hijos no cumplen con las expectativas (siempre demasiado altas) puestas en sus hijos. Los niños acaban etiquetados y sometidos a tratamientos innecesarios
Otras razones que nos llevan a sobre-estimular al bebé
- Horarios laborales. La sobre-estimulación es muchas veces consecuencia de la necesidad de tener entretenidos a los niños a consecuencia de los horarios laborales. Todo este tipo de actividades de carácter planificado y guiado le resta tiempo al tiempo de juego libre.
- Las nuevas tecnologías y la presencia de pantallas en todos los lados. (tv, móviles, tablets, etc.) Este tipo de tecnología a la que les exponemos desde muy pequeños genera que fuercen su velocidad perceptiva y de procesamiento de información cuya consecuencia es que se merme su capacidad de comprensión. Un ejemplo de esto es que al leer un texto les cuesta extraer la idea principal o incluso no pueden ni comprenderlo globalmente
Conclusión
Las técnicas de estimulación temprana deberíamos dejarlas para lo que fueron inicialmente pensadas: la rehabilitación de niños con problemas, no como actividad extra escolar para fabricar pequeños genios. No es necesario que sometamos a los niños a estos programas, que además de no tener respaldo empírico, son innecesarios siempre que dotemos a nuestro hijo de un contexto afectivo y le demos posibilidades para explorar con autonomía y crecer.