Los comportamientos agresivos forman parte del repertorio de conductas previsibles en niñ@s de 2 a 4 años. En los primeros años, estos comportamientos no tienen el objetivo de dañar al otro sino de conseguir algo deseado.
A falta de otros recursos, apelan, por ejemplo, a un empujón para subir al tobogán, a un tirón de pelo para que el otro suelte el juguete que pretende.
El que sean comportamientos habituales en esta etapa no significa que los adultos no actuen.
Debemos enseñarles que la agresión nos es un comportamiento aceptable y que existen otras estrategias como negociar, compartir o hacer turnos para conseguir las cosas
Y, sobre todo, nunca los trataremos con agresividad o seremos agresivos para resolver conflictos, porque no queremos que tomen ese modelo de conducta
El comportamiento agresivo no se hereda, se aprende:
- De cómo somos tratados en etapas tempranas.
- Imitando los comportamientos de quienes son nuestros modelos: padres, maestros, hermanos, personajes de juegos o TV
- Si descubrimos que con la agresividad conseguimos lo que queremos
¿Cómo prevenir la agresividad en la primera infancia?
- Tratándolos con amor y respeto siempre.
- Enseñándoles a pensar en el otro.
- Enseñándoles el control de sí mismos.
- Mostrándoles maneras no violentas de defenderse.
- Enseñándoles a reflexionar sobre qué es lo que está bien y qué es lo que está mal y sus razones