Los seres humanos vamos alterando nuestros estados de animo a medida que suceden cosas a nuestro alrededor, es decir, experimentamos emociones.
Cuando se produce un acontecimiento que tiene un significado especial para nosotros experimentamos cambios en nuestro estado emocional, lo que facilita nuestras reacciones en esos momentos.
Las expresiones emocioinales son comunes a todos los seres humanos y se consideran como emociones básicas:
- La alegría
- La tristeza, que dirige un estado negativo hacia el propio sujeto
- La ira, se manifiesta ante una fustración, dirige sus efectos hacia el exterior
- El miedo, es la anticipación de un peligro y se manifiesta en la evitación y la huida
- Sorpresa
- Desagrado
- Interés
Estas emociones básicas tiene un gran valor comunicativo. A través de las expresiones emocionales los demás saben en que estado nos encontramos y pueden adoptar la conducta apropiada. Por ejemplo:
- La alegría nos permite alcanzar nuestro objetivo con más vigor y manifiesta a los otros el placer que la situación nos proporciona.
- La tristeza favorece el interés de los demñas y provoca conductas de ayuda en los otros.
- La ira aumenta la energía en situaciones molestas
En el bebé, que todavía no puede hablar, las emociones tienen una enorme utilidad para establecer esa comunicación con los demás, para informar a los otros de sus necesidades.
Hoy en día se tiende a suponer que…
- el interés, el digusto y el malestar, así como el precursor de la sorpresa, aparecen en los recién nacidos, y que
- la rabia, la sorpresa y la alegría se manifiestan hacia los 4 meses.
- El miedo y la timidez surgirán en la segunda mitad del primer año.
Los bebés no se limitan a expresar sus emociones sino que muy pronto son capaces de reconocerlas en los otros y de interpretarlas adecuadamente:
- Ya a los 3 meses los niños muestran disgusto ante la cara inmovil e inezpresiva de la madre, o ante su cara de tristeza.
- Hacia los 4-5 meses parece clara la distinción y si se le presentan caras con las distintas expresiones emocionales, las de alegría y tristeza atraen más su atención y las miran más.
- A partir del segundo año los niños son sensibles a las situacines tensas en los adultos y también son capaces de reconfortar a una persona en una situación negativa.